Con las ganas del niñito que va a entrar en Eurodisney fui a ver a Sylvain Chauveau, un francesito afrancesado que se las ha gastado con un sentido homenaje a Depeche Mode en un disco tributo llamado "Down to the bone" donde versionea libremente cual dominguero sin calzoncillos los temas de la banda inglesa. Pianito y su voz de haberse llevado más palos que Steve Urkel en Leroy Merlín son sus señas de identidad. Pero cuando crucé las puertas de Eurodisney descubrí la triste realidad: Mickey Mouse es un alcohólico con un disfraz de gomaespuma.
Pero las derrotas no saben tan mal cuando sabes que otros te siguen en la desgracia. Engañados fueron Julio y Jorge, uno menos que el otro. El Sylvain apareció con una Gibson Les Paul Custom blanca como la teta de una monja y le hizo ascos al piano. Mal empezamos. Le metió un rasgueo a la Les Paul y el sonido duró unos 10 minutos, durante los cuales cantó (¿cantó?) algo parecido al Blasphemour Rumours. Brutal. Con nocturnidad y alevosía ese tipo se estaba riendo en toda nuestra cara. Pero lo mejor estaba por llegar. En otro tema, que ya no recuerdo, empezó a arpegiar con la cadencia de un condenado a muerte y, por alguna razón prestidigitadora, dejó de tocar la guitarra... ¡¡¡y la guitarra siguió sonando!!! Para mear y no echar gota. Cual Richard Clayderman, el gabacho estaba haciendo un playback más sonado que los de Prodigy (atiende el link y verás como Liam Howlet le ha levantado el concepto al Fresnadillo). Y aún había más...
Me da pereza narrar lo que sucedió luego, así que mejor echarlo cuanto antes. Básicamente, la fuente de su karaoke era un ordenador que tenía a sus pies y que, sencillamente, se quedó colgado. Error catastrófico, ¿desea enviar notificación a microsoft? A la policía habría que notificar. El tipo se quedó con todos los presentes. Esa suerte de concierto era como una croqueta deconstruida del Ferrán Adriá: un timo. Sí Julio, UN TIMO. Menos mal que él pagó la entrada y yo los caracoles.
2 comentarios:
Vamos a ver pringui, aun a riesgo de que esto se convierta en una continuación de la del efesto de anoche, no es un timo, tú lo quieres ver como un timo. Igual que en una película tienes que aceptar pactos y creerte algunas cosas, exactamente igual que para disfrutar una espuma de alga, un goteo de Kandinski o el concierto de un francés de post rock. Para mi, lo peor con diferencia el garrafón, y lo segundo peor la resaca de esta mañana (he desayunado un red bull).
La perra que te ha dado con Kandiski, tío. El garrafón tiene su encanto, un halo de romanticismo catárquico y cristalitos en la vejiga. Qué pasote.
Publicar un comentario